¿Cómo puedo realizar un manejo integrado del cancro bacteriano en mi cultivo de tomate?

El cancro (Clavibacter michiganensissubsp. michiganensis) es considerado como la enfermedad bacteriana más severa en los cultivos de tomate a nivel global. Esta batería puede causar pérdidas en rendimiento que varían dependiendo del año, ubicación, variedad y etapa fenológica del cultivos. En explotaciones comerciales se han reportado mermas de hasta 84% en Canadá, y en México se han registrado casos en más de 10 estados de la República donde el efecto sobre la calidad y el rendimiento de tomate bola y saladette han llegado a provocar pérdidas totales de la producción. 

Los cultivos afectados por esta bacteria son en su mayoría solanáceas, especialmente tomate, pimiento y berenjena; puede aparecer en sistemas a campo abierto, en malla sombra e invernadero. El desarrollo de este patógeno se da entre los 20 °C a los 30 °C, y su crecimiento óptimo se da a los 25 °C con una alta humedad relativa (superior al 80%). 

Ciclo de la enfermedad  

Las fuentes de inóculo primario son las semillas infectadas y los restos de poda de plantas enfermas. Las infecciones secundarias se dan de planta a planta, principalmente por prácticas culturales incorrectas como no desinfectar las herramientas de poda. Una vez que la infección se establece, el cancro invade los conductos del xilema del hospedero, moviéndose a través de la planta. Aunque las infecciones suceden también en plantas adultas, éstas suelen mantenerse asintomáticas: la pérdida en rendimiento no es significativa cuando las plantas tienen de 18 hojas en adelante. Las plantas asintomáticas pueden ser una fuente de infección para la siguiente temporada de cultivo.

Identifica los síntomas del cancro  

Los síntomas son variables dependiendo de las condiciones climáticas, la variedad y la etapa fenológica del cultivo. Cuando la infección es sistémica se observa un marchitamiento unilateral de las hojas, lo cual es característico del cancro bacteriano, seguido por la formación de cancros en los peciolos. Se puede presentar una decoloración marrón-amarillenta de los haces vasculares del xilema en los tallos. 

Cuando la infección se da a través de aperturas naturales de la planta, como los estomas, se desarrolla un manchado de lesiones pequeñas y oscuras rodeadas por un halo blanquecino en las hojas, tallos o frutos. Comúnmente, se desarrollan regiones de necrosis en los márgenes de los foliolos. En la última etapa de infección, se presenta un marchitamiento completo y la planta muere.

Síntomas en tomate: a)lesiones en frutos, b) marchitamiento de los márgenes de las hojas, c)necrosis del tallo, d) marchitamiento unilateral característico. Fotografías: Paul Bachi, University of Kentucky Research and Education Center; Heinz USA; Mary Ann Hansen, Virginia Polytechnic Institute and State University: Bugwood.org. Licencia Creative Commons 3.0

Cómo manejar la infección  

El manejo de esta enfermedad debe basarse en la prevención, ya que aún no hay variedades resistentes disponibles en el mercado y el uso de antibióticos, así como mezclas de cobre, tienen baja efectividad. Aunado a esto, muchos países que importan productos agrícolas mexicanos han prohibido el uso de antibióticos en la agricultura, lo cual restringe aún más el uso de productos fitosanitarios para controlar a esta bacteria.

Detecta a tiempo el cancro bacteriano  

Hay varias técnicas disponibles para hacer un diagnóstico correcto del canro bacteriano en el cultivo, sin embargo, todas presentan distintas ventajas e inconvenientes. La siguiente tabla resume las principales herramientas:

Tips para prevenir el cancro bacteriano  

Es esencial asegurar la calidad y la sanidad de las semillas, plántulas e injertos. Para ello recomendamos:

·Utilizar semilla certificada

·Trabajar con viveros de plántulas reconocidos que no hayan presentado casos de la enfermedad anteriormente

·Revisar las plántulas durante la germinación y descartar los lotes que presenten síntomas, así como los lotes contiguos a éstos.

En campo e invernadero  

·Entrenar al personal para hacer monitoreos dos veces a la semana para detectar la presencia de los síntomas descritos en la primera parte del artículo.

·Eliminar las plantas que presenten síntomas, así como los restos de poda dentro del campo de cultivo o el invernadero.

·Realizar riegos ligeros, de preferencia por la mañana. 

·Evitar el riego por aspersión.

·Desinfectar tijeras de poda, zapatos, cajas de cosecha y otras herramientas que estén contacto con el cultivo después de cada uso.

·Evitar la recirculación del agua de riego y el reciclaje de tutores, anillos y otras estructuras que puedan servir como reservorio del patógeno.

Referencias:

de León, L., Siverio, F., López, M. M., & Rodríguez, A. (2011). Clavibacter michiganesissubsp. michiganensis, a seedborne tomato pathogen: healthy seeds are still the goal. Plant Disease, 95(11), 1328-1338.

OEPP/EPPO. (2016). PM 7/42 (3) Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis.Bulletin. 46(2): 202-225

Mejía, M. (2013). Biogeografía, Diagnóstico y Manejo Integrado de Clavibacter michiganensissubsp. michiganensisen México. Revista Mexicana de Fitopatología, 31(Suplemento), 22-23. 

Sen, Y., van der Wolf, J., Visser, R. G., & van Heusden, S. (2015). Bacterial canker of tomato: current knowledge of detection, management, resistance, and interactions. Plant disease, 99(1), 4-13.