• Técnicas alternativas al uso de herbicidas

En nuestros artículos anteriores hemos ofrecido al lector algunos de los conceptos básicos sobre ecología y biología para elegir las estrategias de gestión de malezas más adecuadas. Además, compartimos las claves para disminuir el riesgo de desarrollo de resistencia a herbicidas y hacer una correcta rotación de ingredientes activos a lo largo del ciclo de cultivo. Para cerrar esta serie sobre malas hierbas, revisaremos las técnicas alternativas al uso de herbicidas, con lo que podrás implementar un sistema de manejo que integre todas las herramientas y reduzca las aplicaciones de agroquímicos a las estrictamente necesarias.

Prácticas culturales

Son todas las prácticas de preparación de terreno, irrigación y manejo del cultivo que te pueden ayudar a reducir las densidades de malezas en la parcela. Tienen un enfoque preventivo, y si se llevan a cabo de forma consistente y en el momento adecuado, te ayudarán a reducir costos de manejo y disminuirás las aplicaciones de herbicidas a lo largo del ciclo. Cada cultivo tiene sus particularidades, sin embargo, en general las siguientes técnicas se pueden adaptar y utilizar en diversos sistemas de producción.

Limpieza y prevención

¿Cuál es la mejor manera de luchar contra las malas hierbas? ¡Evitando que lleguen a tu campo de cultivo! Desinfectar las herramientas de trabajo antes de usarlas, asegurarse de limpiar las llantas y los implementos de los tractores al llevarlos de una parcela a otra, comprar semillas certificadas… Son buenas prácticas que son menos costosas que lidiar con una infestación de malezas debido al acarreo accidental de sus semillas hacia el cultivo. Además, vigila tu sistema de riego y asegúrate de cambiar los filtros regularmente, así como evitar estancamientos de agua. Sumando estas pequeñas acciones, estás dando un primer paso hacia un manejo de malezas sustentable.

Ilustración 1: a) Mantener los filtros de tu sistema de riego en buenas condiciones y limpios es una excelente práctica preventiva. Créditos: Lance Cheung, USDA. Licencia CC 2.0. b) Asegúrate de limpiar y desinfectar los implementos y llantas del tractor antes de llevarlos de una parcela a otra. Créditos: pxfuel.com. Licencia CC 2.0.

Establecimiento del cultivo

¿Y si te contamos que elegir una variedad competitiva, jugar con la fecha de siembra, invertir en plántulas en lugar de hacer siembra directa, rotar cultivos y preparar el terreno pueden reducir los esfuerzos del manejo de malezas? Estos factores afectan de forma indirecta la germinación y establecimiento de plantas problemáticas. Te daremos algunos tips para aprovecharlos:

·De ser posible, escoge una variedad que tenga buen desempeño y rendimiento a altas densidades de siembra. Con ello, competirá con otras plantas de forma más agresiva por los recursos como agua, nutrientes y luz.

·Retrasa un poco la fecha de siembra. Con ello, puedes dejar que las malezas germinen e inmediatamente, cuando aún son muy pequeñas, puedes hacer un pase de rastra. De esta forma “matas dos pájaros de un tiro”: reduces la densidad de malezas y alistas las condiciones del terreno para la siembra. 

·Planifica una rotación que incluya varios ciclos y no únicamente lo que cultivarás este año. Procura rotar los tipos de cultivo, por ejemplo, una hortaliza en primavera-verano y un cereal en invierno, o alternar cereales y leguminosas en cada ciclo. Además de cuidar la fertilidad del suelo y disminuir los riesgos por patógenos en las raíces, estarás rompiendo el ciclo de distintas malezas que se adaptan mejor a uno u otro tipo de cultivo.

·Asocia dos cultivos. Puede que con esta frase te venga a la mente un sistema tradicional, como la milpa, donde las calabacitas, el maíz y el frijol se siembran en conjunto. Pero el concepto de tener dos cultivos conviviendo en la parcela al mismo tiempo también se puede aplicar a gran escala en sistemas tecnificados. Un ejemplo es la asociación avena-ebo (Vicia spp.) que se lleva a cabo en la temporada de invierno en la zona centro de México. Esta combinación resulta en un forraje de alto contenido en proteína, ideal para el ganado lechero. La alta densidad de siembra y el porte del cultivo (el ebo es trepador y la avena genera raíces muy profundas) convierten a esta asociación en una herramienta que le deja muy poco espacio y recursos disponibles a las malezas.

Ilustración 2: La rotación y asociación de cultivos son estrategias para disminuir las poblaciones de malezas de una forma amigable con el ambiente. Créditos: Agrisolver.

Consideraciones agronómicas

La forma en que conduzcas el cultivo determinará también el acceso que tengan las malezas a los fertilizantes y al agua de riego. Entre más precisa sea la forma de distribuir el agua y nutrientes en el cultivo, menos oportunidades de desarrollo tendrán las malezas. Imagina por un momento un cultivo perenne, como el aguacate. Si cuentas con un sistema de riego por goteo, la administración de agua y nutrientes por fertirriego están localizadas en el pie del árbol, con lo que las malezas que se encuentren en los pasillos del huerto tendrán un acceso más difícil a estos recursos. El mismo concepto puede aplicarse en hortalizas y cereales con cintillas de riego.

Imagen 3: El riego por goteo permite un mejor control de la distribución de agua y nutrientes en el cultivo. En la foto se muestra un sistema de irrigación en trigo. Créditos: H. Gomez, CIMMYT. Licencia CC 2.0

Control mecánico y físico

El control mecánico es la forma más antigua que existe de limitar el crecimiento de las malezas, pues arrancar manualmente las malas hierbas es una práctica que se remonta al inicio de la agricultura misma. Actualmente, la mecanización de esta labor manual es la alternativa más común al uso de herbicidas. Sin embargo, el trabajo del suelo para el control de malezas tiene tres grandes inconvenientes: el deterioro de la estructura del suelo, el costo del combustible y la emisión de gases de efecto invernadero por la combustión del diésel. Entonces, ¿cómo hacer que el uso de estas herramientas sea más sostenible y efectivo? La clave está en llevar a cabo la escarda en el momento adecuado: cuando el cultivo tenga una raíz un poco más desarrollada y las malezas tengan un desarrollo radicular incipiente. De esta forma, la medida será más efectiva y tendrás que hacer menos pases de tractor.

Imagen 4: cultivadora. Créditos: Hans Braxmeier, Pixabay.

En cultivos perennes como la vid, cítricos y otros frutales, puedes hacer un manejo de recorte de la maleza, con lo que se limita el crecimiento gracias al corte pero no se elimina por completo la presencia de malas hierbas en los pasillos. Esta técnica, además de reducir la competencia con el cultivo, te permitirá reducir la erosión, pues hay una cubierta vegetal ligera que protege al suelo.

Además del control mecánico, puedes usar acolchados para limitar el crecimiento de malezas. Esto es una buena alternativa en hortalizas, y en algunos casos se pueden usar para múltiples ciclos. Por último, considera que si tienes tiempo entre el fin de un cultivo y la instalación del siguiente, puedes hacer un tratamiento térmico del suelo, como la solarización, (o en el caso de cultivos protegidos, la esterilización de sustratos). Esta medida te permitirá reducir el banco de semillas en el suelo y servirá como complemento a las demás estrategias de manejo que te presentamos.

Referencias

Bond, W., Turner, R. J., & Grundy, A. C. (2003). A review of non-chemical weed management. HDRA, the Organic Organisation, Ryton Organic Gardens, Coventry, UK, 81.

Hatcher, P. E., & Melander, B. (2003). Combining physical, cultural and biological methods: prospects for integrated non‐chemical weed management strategies. Weed research, 43(5), 303-322.

Pannacci, E., Lattanzi, B., & Tei, F. (2017). Non-chemical weed management strategies in minor crops: A review. Crop protection, 96, 44-58.